"Lee la Biblia y ora cada día si queréis crecer" Puede que reconozcas estas palabras de la famosa canción de escuela dominical. Quizás recuerdas los gestos que nos recuerdan los beneficios de leer la Biblia cada día. Y podríamos seguir esta canción con una advertencia: "Si no lees la Biblia, si te olvidas de orar, no crecerás". Esto resalta una verdad práctica importante. La disciplina de la lectura de la Palabra de Dios y la oración al Dios de la Palabra no se deben menospreciar jamás. Los 176 versículos del Salmo 119 destacan la enseñanza de que hay una gran bendición que viene a través de la lectura de la Palabra de Dios. Y hay un sinfín de salmos que destacan la necesidad de orar a Dios en todas circunstancias.

A veces, al centrarnos en la lectura personal de la Biblia y la oración en privado, corremos el riesgo de pasar por alto una enseñanza igualmente importante de la Palabra: que necesitamos a los demás para crecer espiritualmente. El significado de la palabra griega λλήλων (allēlōn) es directo: "unos a otros" o "mutuamente" y se refiere a las relaciones personales. En todos los casos, "unos a otros" requiere más de una persona y suele incluir a un grupo de personas.

Para crecer espiritualmente en los caminos que Dios quiere que crezcamos, necesitamos allēlōn—los unos a los otros. De hecho, cuando el Nuevo Testamento usa la imagen de "crecer" espiritualmente, suele referirse a crecer los unos con los otros (1 Cor 3:6–9; 2 Cor 10:15; Ef 2:19–22; 4:14–16; Col 1:3–12; 2:19; 1 Ped 2:1–5). ¿Cómo nos lleva esto al crecimiento espiritual? Lee los versículos siguientes:

  • "Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros" (Rom 12:10 RVR60)
  • "Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios" (Rom 15:7)
  • "sino servíos por amor los unos a los otros" (Gal 5:13)
  • "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Ef 4:32)
  • "someteos unos a otros en el temor de Dios" (Ef 5:21)
  • "con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo" (Fil 2:3 NBLA)
  • "Por tanto, confórtense los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo" (1 Tes 5:11 RVR60)
  • "Vivan en paz los unos con los otros... procuren siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos" (1 Tes 5:13, 15 NBLA)
  • "Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras" (Heb 10:24)
  • "Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados". (San 5:16) “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones”. (1 Ped 4:9)

Poner esto en práctica implica más que ir a la iglesia los domingos por la mañana. Implica reunirse para servir los unos a los otros, no solo que nos sirvan a nosotros (1 Cor 12:7; Fil 2:1-4). Implica estar comprometidos los unos con los otros, aunque no sea conveniente o incluso nos hayan ofendido (Col 3:12-23). Dios nos ha dado dones individuales para ayudarnos los unos a los otros (1 Cor 12:7). Los dones espirituales no son solo lo que Dios te da; los dones espirituales son los que Dios da a través de ti a las personas que hay a tu alrededor.

Así que, aunque suene muy radical para los que crecimos cantando "lee la Biblia y ora cada día si queréis crecer", tenemos que añadir otro verso a la canción que incluya los unos a los otros. Algo así: "Aceptaos los unos a los otros y reuniros para orar si queréis crecer".

Michael J. Svigel

Además de enseñar teología histórica y sistemática en DTS, el Dr. Svigel participa activamente en la enseñanza y la escritura para una audiencia evangélica más amplia. Su pasión por una teología y una vida centradas en Cristo se combina con una inclinación por el humor, la música y la escritura. El Dr. Svigel llegó a DTS después de haber trabajado durante varios años en el ámbito jurídico, así como de haberse desempeñado como escritor en el ministerio de Insight for Living. Sus libros y artículos abarcan desde estudios de crítica textual hasta literatura fantástica juvenil. Él y su esposa, Stephanie, tienen tres hijos: Sophie, Lucas y Nathan.