En su artículo para el sitio web History Oasis, David Ogilvy analiza la efectividad del eslogan publicitario de Coca-Cola en Estados Unidos: “La pausa que refresca.” Este anuncio fue creado en el contexto de la Gran Depresión de 1929. Era tanto una propuesta comercial como una promesa. La propuesta era Coca-Cola; la promesa, un respiro en medio de la adversidad.

Pensar en el concepto de “refrescarnos” me hace recordar una charla que acepté hace muchos años con un grupo de jóvenes de secundaria. Formaba parte de una caminata de cuatro días con mochilas a cuestas por una montaña en la cordillera de San Juan, Colorado. La caminata fue dura, y llovió durante dos días seguidos. El sendero nos llevó cerca de donde el paisaje se convierte casi en pura roca hasta alcanzar los casi cuatro mil metros de altura. Me aseguré de ir en segundo lugar, justo detrás del guía, para no quedarme atrás. Recuerdo lo difícil que era respirar cuando llegamos al punto más alto del camino. La inclinación era tan empinada que teníamos que detenernos cada cuatro o cinco pasos para recuperar el aliento. Necesitábamos literalmente “una pausa que refresca” para poder continuar.

Muchos años después, mis estudios bíblicos me llevaron a un pasaje que se ha convertido en uno de mis favoritos. Se encuentra en una breve carta que Pablo escribió a Filemón. En el versículo 7, Pablo dice: “Pues he tenido gran gozo y consuelo por tu amor, porque los corazones de los santos han sido confortados por ti, hermano.” (Filemón 7, NBLA). La palabra que se traduce como “confortados” o “refrescados” es la palabra griega ἀναπαύω. Esta palabra se compone de dos partes: ἀνα, que significa "de nuevo", y παύω, que significa "detener".

Pero si dijéramos que los corazones de los santos se “detuvieron de nuevo”, estaríamos cometiendo un error común: suponer que el significado de una palabra depende exclusivamente de sus raíces. La etimología puede ayudarnos a ilustrar una idea, pero el verdadero significado de una palabra se define por cómo se usa en su contexto.

En algunos pasajes, esta palabra se traduce como “descansar”, ya sea en un sentido físico o literal, como cuando algo se posa sobre una superficie. Sin embargo, Pablo utiliza esta palabra en otros tres textos con el mismo sentido de “refrescar”: 1 Corintios 16:18, 2 Corintios 7:13 y Filemón 20. En todos estos casos, Pablo resalta que Dios puede usar a los creyentes para traer descanso al corazón y al espíritu a través del aliento mutuo. En Romanos 15:32, Pablo incluso usa una forma intensificada de la palabra, συναναπαύω, que añade la idea de un refrigerio compartido o mutuo.

Así como Pablo experimentó gozo y consuelo por el amor de la iglesia que se reunía en casa de Filemón, tú y yo también podemos ser un canal de refrigerio espiritual para otros. Ya sea por medio de una oración, una palabra amable, una nota, una llamada o un regalo, podemos ofrecer “esa pausa que refresca” el corazón. Todos recordamos con gratitud momentos en los que Dios usó a alguien para alentarnos. Pide a Dios que te traiga a la mente personas que necesiten aliento. Ofréceles ese “oxígeno espiritual” que renueva sus fuerzas y ayúdales a seguir subiendo en su caminar con el Señor.

Mark L. Bailey
El Dr. Bailey fue el quinto presidente del Seminario Teológico de Dallas durante 19 años. También sirve como profesor titular en el departamento de Exposición Bíblica. Además de sus años en DTS, ha pastoreado iglesias en Arizona y Texas. Fue instructor durante veinte años para el ministerio Walk Thru the Bible y es un conferencista muy solicitado tanto en EE. UU. como en otros países. Ha ministrado en lugares como Venezuela, Argentina, Hungría y China, y frecuentemente lidera viajes a Israel, Jordania, Egipto, Turquía, Grecia y Roma. También forma parte de las juntas directivas de Bible Study Fellowship, Walk Thru the Bible Ministries y Palabra de Vida.